lunes, 25 de abril de 2011

La luz de las sombras







Eso somos: reflejos de reflejos, trazos de trazos, fugacidad de rostros en una lámina de pergamino que fue de cobre, que fue de tinta, que fue mano inquieta y ojo atento, capaz de volver a mirarse, a miramos, a dejarse mirar, en la convulsa superficie aguada del tiempo.
                                                                                                                                                                                            Octavio Paz 

El sombreado es, en el dibujo, el efecto producido por la representación de la iluminación que acusa el relieve de los objetos. esta es una cuestión que abarca dos aspectos; uno es el puramente técnico que enseña a resolver de maneras distintas la forma de expresar las diferencias de tono "la valoración de un dibujo" según la terminología académica; el otro aspecto es el del significado, la consideración estética y la fortuna crítica del claroscuro en los dibujos.

El sfumato es la técnica que Leonardo da Vinci usaba para difuminar los contornos de las formas con lo que mejoraba la atmósfera de la pintura. Se basó en su teoría científica sobre “el espesor transparente del aire" dicho de otro modo, el sfumato consiste en eliminar los contornos netos y precisos de las líneas y diluir o difuminar éstos en una especie de neblina que produce el efecto de inmersión en la atmósfera, dejando así siempre algo a la imaginación del espectador.
Leonardo intuye que la atmósfera no es transparente, sino que tiene color y formas propias, que cambian por efecto de la luz. Estas propiedades varían el volumen y el color de los objetos. Esta técnica fue excelentemente lograda en sus obras La Gioconda y en San Juan Bautista.

"Traduzco por sombra y luz las palabras yin y yang, que en la mayoría de las traducciones aparecen en chino y que significan, literal y respectivamente, la umbría y la solana,el lado oscuro y el lado luminoso de un arroyo, las dos vertientes de una misma montaña: los dos aspectos dinámicos, contrarios y complementarios de la misma unidad primordial (en la cosmología el dos que emana del uno), de cuya interacción surgen todos los seres y los cambios. Yin es el aspecto oscuro, opaco, húmedo, frío, quieto, femenino; corresponde a la tierra, al norte, a la luna, al agua, a la muerte. Yang es el aspecto claro, diáfano, seco, cálido, activo, masculino; corresponde al cielo, al sur, al sol, al fuego, a la vida. La continua tensión de yin a yang y de yang a yin constituye el movimiento del mundo, y la combinación de ambos, siempre dinámica, constituye la realidad de las cosas, que es lo que expresa esta imagen de los seres que llevan a la espalda la sombra y en brazos la luz: tradicionalmente, el rey se sentaba de cara al sur, las casas estaban siempre orientadas hacia el sur, etc.., de ahí que lleven en brazos (que tengan delante) la luz; lógicamente, el norte quedaba detrás y, de hecho, el carácter que lo representa (bei) también significaba antiguamente espalda"

Traducción del Tao Te King de Ann-Hélenne Suárez Girard