lunes, 23 de febrero de 2015

Lineas y espacios-notas y silencios


Dibujar es tratar de lograr una unión entre aquello que pensamos, sentimos e intuimos y aquello que expresamos, a través de la línea, su valor, su desplazamiento en el espacio, sin el cual la línea no puede manifestarse. También es un medio para conocer y comprender el mundo que nos rodea, así como conocernos y comprendernos a nosotros mismos.
La línea y el vacío son los elementos esenciales al dibujo, es por ello necesario remitirnos a lo que podríamos definir como línea y como vacío. Diferentes asertos convienen en que la línea se define como figura en la cual un trazo muy fino proporciona la imagen. Esta tesis nos lleva a ver la línea en su connotación de cuerda, cadena, cola, columna, dirección. Otras definiciones serán: un punto que se desplaza engendra una línea. Aquello que pone un límite, una separación, una frontera. En matemáticas la línea es la intersección entre dos espacios. También es la configuración del espacio comprendido entre el cuerpo de los adversarios en la esgrima. Si tomamos esta última definición de la línea en la esgrima para acercarnos a lo que es la línea en el dibujo, ella representa el espacio, ella es el espacio.
El vacío -nos dice el diccionario- quiere decir que no contiene nada, espacio vacío puede ser aquel que solo tiene aire; físicamente se habla de vacío como aquel espacio que no contiene ningún cuerpo material, es un espacio donde las partículas no tienen densidad. La expresión de estos dos espacios: de la línea y del vacío, no puede darse si no hay interiorización de estos en nosotros, tal como lo apreciamos en la caligrafía zen, el trazo es el resultado de la concentración en éste y la respiración, lo mismo que en el tiro al arco, en el que la postura, la tensión del arco, la concentración y la respiración, logran que (sin apuntar), el tiro acierte en el blanco.
De la misma manera el pintor oriental debe asimilar el paisaje para luego realizarlo. Los dos contrincantes en la esgrima trazan con la espada, el dibujante tiene como contrincante ese espacio vacío del papel, de la tela o de cualquier soporte, el espacio mismo, su espada será el carboncillo, el lápiz o el pincel.
Si nos referimos a la esgrima, es también por ese desplazamiento de los cuerpos: en el dibujo, el dibujante, (esto también le sucede al pintor), determina su trazo sincronizado a su movimiento corporal, de su mano y brazo o de todo su cuerpo. Para crear la línea y su movimiento, el sujeto que traza debe desplazarse al mismo tiempo que traza, y así la línea y él se desplazan dentro de un mismo espacio. Es decir que el movimiento de la línea depende de ese movimiento corporal del ejecutante. El cuerpo y la mente del dibujante forman parte del dibujo y se vuelven uno con él. En este viaje interior cada alumno se ha concentrado en varios elementos que ha tratado de expresar por medio de la línea su valor, su desplazamiento en el espacio y el vacío.
Si concebimos la línea y el vacío dentro del contexto de lo que llamamos espacio, podríamos decir que la línea determina el espacio y se determina a sí misma como espacio, e irrumpe y se interrelaciona con el vacío que es también espacio; de este modo el dibujo será la expresión de esta interrelación entre estos dos espacios: el de la línea y el del vacío. Será expresión del espacio determinado por la línea y la superficie en la que ella se inscribe. El dibujo en sí es una reflexión sobre el concepto de espacio a través de la línea y el vacío, como expresión de la interrelación entre ellos. Si el espacio es una forma de nuestra sensibilidad entonces la línea y el vacío en tanto que espacios son formas de nuestra sensibilidad. El espacio es una intuición de nuestra sensibilidad que adquiere materialidad en el dibujo.

EL DIBUJO COMO MEDITACIÓN
El poeta John Keats escribió que para entender la poesía es necesario ponerse en un estado mental especial, al que Keats llamaba «capacidad negativa». Describió este estado como aquél en el que una persona «es capaz de estar en la incertidumbre, el misterio, la duda, sin buscar ansiosamente los hechos y la razón.»

El hombre adquiere conciencia de sí mismo y del mundo que le rodea por medio de sus sentidos. A partir de los estímulos que recibe a través de ellos descubre, organiza y recrea la realidad, adquiriendo conciencia de ella por medio de la Percepción. Este tema es tan fundamental para el arte que constituye su propia esencia.

El análisis de esta visión normalmente se realiza sobre un plano, donde caben representadas las formas de un mundo material o imaginado, de otras dimensiones que las propias de la superficie que las contiene. Este fenómeno, que presenta un continente menor que el contenido, es un permanente desafío que aborda resueltamente el artista de todos los tiempos.

En el campo del dibujante se producen los más tensos conflictos, ya que su actividad se extiende no sólo a la percepción de las formas del espacio sino que ha de representarlas mediante códigos convincentes sobre el plano. Se mueve en el continuo dilema del conocimiento racional de los objetos y la captación visual de los mismos; entre representar las cosas “como son” o como “se ven”, entre la presentación de estímulos y sensaciones, y los resultados obtenidos por la percepción.Una vez emprendido el camino siempre existe la sensación de que en el próximo dibujo veremos mejor, captaremos más verdaderamente la naturaleza de la realidad, expresaremos lo inexpresable, encontraremos el secreto detrás del secreto. Tal como dijo el gran artista japonés Hokusai, aprender a dibujar es una tarea que nunca termina.

Habiendo logrado pasar a un modo nuevo de ver uno puede encontrarse profundizando en la esencia de las cosas, una forma de conocimiento que tiende al concepto Zen del satori, tal como lo describe D.T. Suzuki en sus textos. Al adquirir una mejor percepción se adopta un nuevo enfoque de los problemas, se corrigen viejos errores, se suprimen los estereotipos que enmascaran la realidad y nos impiden ver con claridad.

El Zen del dibujo.Seeing&Drawing as meditation,Frederick Frank.

Mira, no puede verse; está más allá de la forma.
Escucha, no puede oírse; está más allá del sonido.
Cógelo, no puede asirse; es intangible.
Los tres son indefinibles;
Por lo tanto forman uno solo.

Lao Tse/Tao Te King

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